Nota para revista "El Fénix de Oro"


“LA PROVE”
Obra colectiva para coro y orquesta

"La Proveeduría Escolar es un grupo de familias que comenzó a trabajar hacia finales de 2007.
Surgió en la escuela «Rudolf Steiner», de Florida, pero en poco tiempo reunió a padres y maestros de otras escuelas, y a varios amigos y parientes que no p
ertenecen a esos grupos escolares.
La idea inicial fue generar recursos a través del ahorro, porque creemos que es muy posible pagar nuestra cuota escolar con trabajo social. Trabajando en grupo y recurriendo a mayoristas, llevamos nuestros gastos, en promedio, al 30% de los valores del mercado.
Casi todas las familias consumimos los mismos productos elementales, pero «el consumismo» y «las leyes del mercado» funcionan mucho mejor cuando consiguen que actuemos en forma individual.
Volver a reunirnos para optimizar nuestras compras trae aparejada cantidad de cuestiones sociales caídas en desuso y verdaderas sorpresas económicas".

"La Proveeduría Escolar promete seguir multiplicándose por las escuelas,
difundiendo sus actividades".



Luego de varios días de andar buscando, sin éxito, la manera más efectiva de transmitirles a los demás todo lo que significa "La Proveeduría Escolar", entendí que esto es casi imposible, por la enorme cantidad de significados que puede tener para cada uno de quienes la integramos y porque, además, esos significados van cambiando de un integrante a otro, incluso en el tiempo, de un día para el siguiente.

(sigo intentando)

La primera imagen que me viene a la mente es una gran orquesta de músicos y un coro.
Terminé de entenderlo muy tarde (pero justo a tiempo), una noche mientras escuchaba la «Novena Sínfonía» de Beethoven y es claro que no fue una simple casualidad: salvando las distancias, existe una gran similitud en la estructura, en la construcción y en el espíritu de estas dos «creaciones».

Nuestro emprendimiento es una obra colectiva en permanente cambio, que todavía está lejos de estar concluida, pero ahora me animaría a decir que, en todo caso, tiende o quisiera arrimarse un poco —de manera modesta aunque decidida— a esa gloriosa forma de entendimiento: la sinfonía.
Valerme de ella para intentar explicar algo que me resulta tan difícil es una licencia que, en este caso,
creo que puede funcionar.

Probemos.

Le sugiero que volvamos a comenzar. En serio. Una vez más, desde el principio.
Pero esta vez, escuchando la música de fondo*

(usted podrá leer toda la nota en pocos minutos, pero luego le pido por favor que termine de escuchar toda la sinfonía porque, justamente, lo mejor de todo está al final y es muy probable que —una vez más— vuelva usted a descubrir algo «nuevo» en su tan particular y eterna metamorfosis).

"Dios los cría y el viento los amontona
...en la puerta de las escuelas"


Unas treinta familias nos hemos puesto de acuerdo en realizar una parte importante de nuestras compras en conjunto. Fuimos puliendo una nueva forma de organizarnos para este trabajo; aprendimos a ceder en algunas de nuestras costumbres de consumo; fuimos ampliando nuestro horizonte alimentario; pudimos experimentar y gozar con los beneficios de actuar «armoniosamente» y, de a poco, vamos entendiendo algunas de nuestras limitaciones.

Las escuelas nos brindan algunas posibilidades extraordinarias:
somos muchas familias que nos encontramos al menos diez veces semanales en un mismo sitio porque tenemos objetivos comunes en relación a la educación de nuestros hijos.
Pero -además- los padres nos hemos acercado también para seguir aprendiendo, acompañándolos.
Con estas valiosas ventajas, no es difícil ponerse de acuerdo, intercambiar información, juntar el dinero necesario o conseguir un espacio adecuado para reunirnos, que hasta podría ser la misma escuela, supongamos, los sábados por la tarde.

Esto sucede en mi escuela, pero podría ocurrir también en cualquiera de las miles que existen por todas partes en el mundo.
Creo que a nadie se le escapa que al emplear el trigo que sembraron nuestros hijos, cosechado y molido con sus propias manos, el pan resultante es infinitamente más rico.
En La Prove ocurre algo similar.
Las compras planificadas entre todos, que transportamos
y fraccionamos cuidadosamente
con el trabajo de todos y cada uno de nosotros;
siempre termina, indefectiblemente,
en comidas más ricas,
más sanas y provechosas
y con gente más satisfecha
y alegres de vivir como viven.


Por algo sonríe

Ahora entendimos que todo esto que nos genera tanta alegría se tiene que multiplicar porque, cuando se terminen de organizar los dos grupos nuevos que se vienen gestando desde el 2009, seremos tres y vamos a poder intercambiar información, compartir proveedores o hasta volver al trueque, si nos lo proponemos. ¡Todos ganan!

Compramos frutas y verduras en los mercados concentradores pero estamos buscando tratar directamente con los productores -los que trabajan la tierra- para ponernos de acuerdo.

Hoy tenemos que fraccionar en treinta y tres cajones (tomamos unos mates con galletitas de avena y tortas caseras). Llegan las compras de cereales y nuestros hijos nos ayudan a entender
que no importa si la balanza no pesa bien…
«¡total, todos se van a llevar -más o menos- el mismo "error"!!»,
(Otro mate y risas)

Van llegando los huevos,
el aceite,
los condimentos,
los productos de limpieza,
los quesos,
la leche,
las bolsas de residuos,
(mientras, charlamos de nuestros hijos, de sus maestros y de sus cuadernos),
las barritas de cereales aptas para celíacos;
seguimos planificando la próxima compra, que será en quince días.

¿Quién consume manteca? Viene en panes de diez kilos!,
(limpiamos el patio que nos han ofrecido esta vez).
Cada familia se lleva sus cajones o hacemos pool,
igual que hacemos con los niños.

Y... ¡ahora empieza lo mejor!

Para algunos significa un gran ahorro
que les deja mucho dinero libre para pagar la cuota escolar;
para otros, la ocasión de reunirse y charlar de las cosas que les gusta o
intercambiar recetas de comidas que jamás soñaron que podían llegar a probar,
resolver casi todas sus compras para quince días en una o dos horas,
en compañía (la soledad del individualismo porteño me mata de a poco);
tomar conciencia de que, si fallo en mi misión, otro tendrá que ocuparse;
seguir generando cantidades interminables de alegría,
porque dejás de ir al supermercado,
volvés a la tierra,
a ser solidario,
aprender a elegir,
a cumplir,
la responsabilidad, el compromiso
la preocupación por el otro,
por los proveedores,
por los agroquímicos y los fertilizantes,
la verdad de la milanesa,
la compulsión consumista,
comprar al cuete,
los negocios,
el comercio,
la justicia biodegradable,
la igualdad,
la paz inconsistente,
el amor,
la luna,
las cosechas,
ensalada Waldorf,
todo junto,
lo bueno y
las cosas que queremos cambiar,
todo mezclado…
… armoniosamente?

(El silencio)

En nuestros dos años de vida, hemos pasado por tantas experiencias edificantes que sería de lo más justo asegurar que «La Proveeduría Escolar» viene sonando cada vez mejor o, por lo menos, bastante bien.

Pablo Pérez Galbraith
(del grupo impulsor)

*Recomiendo «la» versión dirigida por Herbert Von Karajan con la Orquesta Filarmónica de Berlín y para los amantes de la poesía, releer la "Oda a la Alegría" de Schiller.


Los "proveedurientes" nos vamos rotando para juntar el dinero de las compras, ofrecer el espacio para fraccionarlas, hacer las compras a varios proveedores, fraccionar en partes iguales todo lo comprado, limpiar el lugar que usamos, distribuir la información, coordinar, etc.
Nos reunimos cada quince días sin suspender durante las vacaciones.
Cada integrante le dedica al proyecto alrededor de una hora y media mensual de su trabajo.
Es una asociación sin fines de lucro en la que todos ganan lo que nos ahorramos.

Por razones operativas, el grupo no puede superar las treinta familias.
Pero están por nacer dos nuevos grupos (autónomos) en Villa Adelina y Martínez.

Nuestro «nuevo objetivo», ahora, es propiciar su formación, ayudándolos con todo lo que hemos podido ir aprendiendo. Cualquiera que lo desee puede pedir información.
(con diez familias ya se puede arrancar).

Escuela Rudolf Steiner:
Dana Basso, Pablo Pérez Galbraith y Silvana Moreno
(Grupo Impulsor)
4771-6576
elratonperez@live.com
danabasso@yahoo.com.ar

Escuela Juana de Arco:
Cecilia Carnevale
4795-3108 / 15-6479-0873
carnevalececilia@gmail.com

Escuela San Miguel Arcángel:
Masami Chinen y Luis Alvide
4798-2411
masamichinen@yahoo.com.ar
luisalvide@yahoo.com.ar

Escuela Cuarto Creciente:
Valentina Ruzante
4760-6434 ruzzantevalentina@hotmail.com

Jardín La Calandria:
Paula González y Lucio Alvarez
4790-9097 / 15-3258-9254
paragonzalva@yahoo.com.ar

Nuestro blog:
http://la-proveeduria-escolar.blogspot.com/
Hacia finales de 2007 pusimos en marcha
un proyecto que veníamos
pensando hacía mucho tiempo:
La Proveeduría Escolar.

En sus inicios la idea fue aprovechar el hecho
de ser muchas familias y que nos encontrábamos casi a
diario en la puerta de la escuela
para, de alguna manera, generar recursos.

Comenzamos entonces juntando el dinero y haciendo
compras comunitarias de frutas, verduras y cereales.
Cada quince días nos juntamos en algún patio
para fraccionar esas compras y pudimos comprobar
que a medida que nos íbamos organizando
y que se iban incorporando nuevos socios,
cada uno le tenía que dedicar
cada vez menos tiempo al trabajo.

Hoy en día cada socio trabaja alrededor de
“una hora mensual”
y calculamos que en conjunto estamos “ahorrando”
un promedio de 70.000 pesos por año;
recursos que quedan disponibles, entre otras cosas,
para pagar nuestras cuotas escolares.

Este impulso que surgió de un cuarto grado
de nuestra escuela fue incorporando
a padres y maestros del Jardín de infantes,
de la secundaria, de la escuela Juana de Arco,
de Cuarto Creciente, de San Miguel Arcángel
y de La Calandria, aunque también hay muchos socios
que no pertenecen a las escuelas Waldorf.

El único requisito para participar de La Proveeduría
es asumir el compromiso de trabajar esa hora mensual.
Puede ser juntando el dinero, ofreciendo un lugar
para el fraccionamiento, haciendo la compra
del Mercado o del Molino,
fraccionando las compras,
administrando la página web o
limpiando el lugar que usamos para trabajar.


En la actualidad estamos fraccionando:

Frutas y Verduras
Cereales-Legumbres-Frutas secas
Dulces-Miel
Barritas de cereal aptas para Celíacos
Huevos frescos
y
Productos de Limpieza Ecológicos

Estamos pensando incorporar,
en cuanto sea posible:

Pastas elaboradas
Condimentos de muy buena calidad
Productos de Almacén varios

Nuestros objetivos como grupo son
generar recursos a través del ahorro
que nos permiten las compras y el trabajo comunitario;
mejorar la calidad de los alimentos que consumimos;
modificar nuestra forma de "consumir"
y
promover la formación de nuevos grupos
para que podamos interactuar,
mejorando así las posibilidades de nuestra actividad
intercambiando información, proveedores y logística elemental.

Para más informes y formación de nuevos grupos,
por favor consulte al equipo impulsor:


Dana Basso: danabasso@yahoo.com.ar
Pablo Pérez: elratonperez@live.com